miércoles, 18 de marzo de 2009

Hola

Me gusta quejarme... si, es un hecho, no puedo evitarlo... soy de los que andan por la vida como quejosos. Eso no significa que tengan que huir despavoridos de mí... creo que también puedo ser divertido... Eso mismo, un quejoso divertido. Entonces para no perder la costumbre, ahí vá, mi primer queja, casi una sutileza para muchos de uds, pero tal vez alguien me entienda: ¿Por qué lo primero que me piden cuando creo un blog es que le ponga un nombre? Entiendo que haya gente que lo sienta como un hijo, pero no lo es... puede nacer sin nombre, ¿Por qué me lo piden? ¡Todavía no lo decidí! Tal vez crea que voy a hablar de sexo, como es mi intención en este momento, y termine bloggeando de lo que me pasa en el trabajo (aburrido... pero esto lo voy a usar de catarsis... sacar mi escritor frustrado... mas bien frustradisimo...). ¿Qué? ¿Puedo cambiarlo después? Ah... siempre aparecen los expertos para opinar..., y yo ¿cómo puedo saber ante mi primer encuentro con esta herramienta que después se puede cambiar el nombre? La cosa es que terminé saliendo a pasear para decidir el nombre tranquilamente... salió lo que salió, pero por suerte... lo puedo cambiar.

El que me guste quejarme tanto amerita que cree una etiqueta (label para los expertos en la guev) para identificar todas mis quejas y refunfuñes.

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